Si tenías ganas de recorrer las calles de Ferrol, hoy en Bodegas Marqués de Vizhoja te traemos un restaurante icónico que no debes perderte. Se trata de O Parrulo, un restaurante tradicional donde las almejas es su plato estrella. Su receta va sazonada de aceite sal y limón y aunque parezca sencilla su elaboración, nos cuentan su truco.
O Parrulo | Pasión generacional por la cocina gallega
Este restaurante es especial por dos motivos: el primero de ellos, porque es todo un referente en la ciudad por mantener la esencia gallega en su forma de cocinar. Se centran en el producto fresco, de proximidad y calidad. Por otro lado, es un local familiar que ha logrado transmitir la pasión por la hostelería a tres generaciones.
Se fundó en 1958 por los abuelos de actual propietario, Alberto Martínez, como una tienda de ultramarinos. Esto evolucionó rápidamente ya que empezaron a servir platos elaborados. Años más tarde, los padres de Alberto cogieron el relevo de O Parrulo, reformaron el local, añadieron nuevos platos y siguieron conquistando los paladares de los comensales. Ahora es el turno de Alberto y su hermana Malena que se unió a principios de año a la aventura culinaria.
La gastronomía que se consume en España ha ido evolucionando a platos internacionales y al concepto “cocina fusión”. Aun así, este restaurante mantiene las costumbres de antaño y se centra en el producto, tradición y sencillez. Su lema es “no se toca lo que ya es excelente.” Si el producto es de calidad, la experiencia sensorial al degustar el plato será exquisita.
El nombre de sus platos, para mantener todavía más las costumbres, hacen guiños al entorno de Ferrol. Las almejas que hemos prometido mostraros cómo las preparan se llaman “almejas de los castillos” y hacen alusión a las fortificaciones que se encuentran en la ría de la ciudad.
Almejas de los Castillos a la plancha
Este plato se caracteriza por su sabor distintivo, que refleja la riqueza de la ría gallega. El truco que adelantábamos al inicio, como habréis podido averiguar, es que el producto sea local y de calidad.
Las preparan a la plancha, y como comenta el hostelero «únicamente le añadimos sal, aceite y limón, que hace un contraste entre la salinidad de las almejas, la acidez del limón y ese toque graso que aporta el aceite». Esto supone una oportunidad para descubrir el auténtico sabor a mar de este molusco bivalvo maridándolo con una buena botella de vino de Bodegas Marqués de Vizhoja.
En resumen, en O Parrulo apuestan por la comida gallega tradicional de principio a fin. Por eso, el vino no podía ser otro que uno de la tierra que empaste a la perfección y no tape el sabor y olor de las almejas si no que las ensalce. Estamos hablando del vino Señor da Folla Verde (Condado do Tea, 70% albariño, 15% loureira, 15% treixadura; D.O. Rías Baixas). Es el acompañamiento perfecto porque “la combinación de estas tres uvas crea una sensación muy fresca y afrutada, que acompaña a la perfección el sabor salino de las almejas y el matiz ácido del limón” asegura el hostelero.
Curiosidades de las almejas
Además del riquísimo sabor que tienen las almejas a la plancha, son una gran fuente de nutrientes así que siempre tendrás excusa para comer este manjar.
Tanto es así que las almejas tienen más hierro que la carne de vacuno. Concretamente una porción de ocho almejas pequeñas tiene más o menos 25 miligramos de hierro, es decir, más de la cantidad recomendada por día.
Aunque las almejas que solemos consumir tienen entre 3 y 10 años, las gigantes viven cerca de 150 años y en Islandia se encontró una de 507 años.
Como última curiosidad, las almejas no tienen cerebro ni ojos, pero sí tienen corazón, boca, un sistema circulatorio abierto (sus órganos se rodean de sangre y agua). No producen ningún sonido ni tienen sentido del oído.
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