Dedicación y tradición

Nuestro padre, D. Mariano Peláez, nos ha transmitido una filosofía que se resume en dedicación y tradición. El respeto al trabajo tradicional y la unión de los medios actuales para lograr una fusión de arte y enología. Como solía decir, “el vino se hace en el viñedo, no en la bodega”.

Junto a ese trabajo hay dos características que tienen una importante incidencia en nuestros vinos: el clima y el suelo.
El Condado do Tea, donde se encuentra la Finca La Moreira, destaca por un microclima propio. Esta subzona de las Rías Baixas ofrece un clima atlántico con temperaturas suaves durante el año, lluvia abundante y un buen nivel de humedad, así como el contraste de temperaturas diurnas y nocturnas típicas del Condado do Tea. Estas características aportan frescura y acidez equilibrada en nuestros vinos.
A ello hay que añadir un suelo granítico arenoso que atenúa las heladas y que permite un perfecto drenaje hacia las laderas del Río Miño. Una zona que protege nuestro viñedo de los fuertes vientos.

Esa unión de varios factores permite lograr resultados óptimos en el cultivo de la uva. Durante el invierno, cuando descansa la tierra, es cuando aprovechamos para plantar la vid. Las tierras donde se asienta Bodegas Marqués de Vizhoja ofrecen una calidad excepcional para su cultivo.

Técnica tradicional

En Bodegas Marqués de Vizhoja hacemos la vendimia siguiendo la técnica tradicional, que es la más apropiada para producir un vino de alta calidad. Iniciamos el proceso de vendimia los primeros días de septiembre. Es entonces cuando nuestras uvas tienen el grado de maduración que buscamos.

Los vendimiadores trabajan a mano, seleccionando las mejores uvas, cortándolas y depositando cada racimo en cajas de 16 kilos; con perforaciones laterales para que se ventile la uva. Posteriormente, se trasladan a nuestra bodega en unos remolques. De ese modo, desde que se corta el racimo hasta que se procesa no pasa más de una hora y media. Ese tiempo nos permite preservar el frescor de la uva al máximo.

Proceso de elaboración

A continuación, iniciamos el proceso de despalillado para separar las uvas del raspón. El 100% pasan a un serpentín para adecuar su temperatura. Se van enfriando lentamente a 8º y se transportan un 50% a un macerador y el restante pasan directamente a una prensa neumática.

Cuando termina la maceración trasladamos el mosto resultante a unas cubas de acero inoxidable para su fermentación. Es allí donde se clarifica y fermenta en limpio, para lo que empleamos un sistema de proteínas de guisante.

Una vez que ha fermentado la uva, es el momento de afinar y estabilizar el vino antes del embotellado.

Cuando están dentro de las botellas, lo dejamos por un periodo de tiempo de dos semanas, como mínimo. Así el vino puede reposar cuando ha sido procesado. Es como recupera todas las propiedades con las que contaba antes del embotellado. Al terminar el proceso está preparado para su distribución.

1

Recogida manual de la uva

2

Transporte a bodega

3

Se pesa

4

Proceso de despalillado

5

Refrigeración

6

Maceración

7

Prensado

8

Clarificación mediante la proteína del guisante

9

Se añade la levadura, fermentación y toma de muestras

10

Clarificación y estabilización

11

Embotellamos

1

Recogida manual de la uva

2

Transporte a bodega

3

Se pesa

4

Proceso de despalillado

5

Refrigeración

6

Maceración

7

Prensado

8

Clarificación mediante la proteína del guisante

9

Se añade la levadura, fermentación y toma de muestras

10

Clarificación y estabilización

11

Embotellamos

“La vendimia es la magia en la que se produce el equilibrio entre la tierra y la persona.”

Javier Peláez. Enólogo y propietario de Bodegas Marqués de Vizhoja.